Atrás había quedado mi primera experiencia workaway en la isla Fyn. Había llegado el momento de mudarme a Copenhague. Mi amiga, gracias a contactos, había conseguido un departamento en Nørrebro solo para nosotras por 3 meses. Así que a principios de febrero de 2016 agarré mis cosas y me instalé en Copenhague. Antes de eso, me aseguré de tener dinero suficiente para poder pagar los 3 meses de alquiler más el depósito ya que no sabía cuánto tiempo tardaría en conseguir trabajo.
Mudanza a Copenhague
Si ya me sentía afortunada de haber tenido una hermosa experiencia en mi primer workaway, ni hablar cuando el primer departamento al que me mudé era una belleza y encima vivía con una amiga! Además, podíamos registrar nuestro CPR. Sentía que Dinamarca me estaba dando lo mejor de sí. Difícil no querer a este país, que aún con sus imperfecciones es perfecta!
El departamento estaba a 10 minutos en bicicleta del centro, a la vuelta de Assistens Kirkegård. Tenía la cocina conectada con el comedor, el living al lado de la habitación principal y el baño más diminuto que ví en mi vida! Desafortunadamente, no tengo fotos del baño justamente porque en vez de tomarlo como una novedad, nos daba vergüenza lo chiquito que era! El tamaño del baño, que creo que era de 1 metro x 1 metro se debía a que antiguamente, en muchos de edificios en Copenhague tenían baños comunitarios. Con el paso de los años, se dejaron de utilizar y por lo tanto había que incluirlos en los departamentos. Es por eso que puede que si vivís en un edificio antiguo, probablemente tengas un baño en donde te tengas que bañar prácticamente arriba del inodoro. Sí, así como lo lees! Estarás en una de las mejores ciudades del mundo pero si hablamos de comodidades, el baño no está incluido. Hey, todo no se puede en esta vida!

Nuestra estadía, la ubicación del departamento, la convivencia, todo fue genial, más no podía pedir! Aun así, a los 2 días de habernos ido del departamento, la familia nos reclamó que la TV tenía rayones. Si bien había usado la TV, nunca habíamos visto los rayones. Casi perdemos parte del depósito! Pero finalmente se asumió que la persona que había ido a limpiar el departamento antes de mudarnos pudo haberlo rayado. Luego de 5 días obtuvimos nuestro depósito de vuelta.
Mi nueva mejor amiga: la bicicleta
A los pocos días de mudarme, mi amiga me ofreció usar la bici que le habían prestado cuando se mudó a Copenhague. Así que durante mi estadía en Dinamarca estuve usando esa bici y pude ahorrar mucho en transporte mientras viví en el centro de Copenhague.

Si bien en Buenos Aires usaba la bicicleta pública durante los fines de semana para prepararme a lo que sería mi vida en Dinamarca. Lo cierto que fue en Copenhague donde disfruté mucho ir a todos lados en bici. Afortunadamente, podía llevarla en el S-tog, el tren de Copenhague y alrededores, aunque una vez me la olvidé y me di cuenta después de 2 horas!

Ese mismo día fui a la oficina de Lost & Found y cuando comenté como me había olvidado la bicicleta en el tren, la mujer me miró con cara de: ¿en qué estabas pensando? Me dijo que llamé a la DSB, la compañía de trenes de Dinamarca y la persona que me atendió me sugirió que fuese a las terminales de la línea de tren que había tomado ya que los choferes suelen dejar las bicis pérdidas en la estación donde terminan el recorrido. Salí del trabajo a las 10 de la noche y de ahí me fui a Farum y luego a Høje Taastrup, pero no la encontré. En Høje Taastrup hablé con uno de los choferes y me dijo que había visto una bicicleta en uno de los trenes pero que debía esperar a que venga el próximo tren. Además, llamaría a alguien para consultar si alguien la habían visto. Espere el tren y no estaba, ya eran las 2 de la mañana y me volví a casa. Al día siguiente volví a Farum y Høje Taastrup. Como el día anterior no me animaba a subir al estacionamiento de bicicletas de Høje Taastrup, al ser de día, me animé y la encontré! Sin candado pero estaba sana y salva! El alma se me volvió al cuerpo!
Atención médica en Dinamarca
A los pocos días de haberme mudado a Copenhague, obtuve el diagnóstico de una consulta ginecológica que había empezado en noviembre. Es decir, después de 3 meses supe que me había pasado!
Esta fue la única vez que necesité atención médica en Dinamarca y sucedió a la semana que haber llegado al país. Gracias a eso pude saber mi número de CPR antes de que me llegue mi yellow card. En principio me habían dicho que me atenderían dentro de una semana, como no podía esperar, volví a llamar e insistí que debía ver a un/a doctor/a lo antes posible. Así que me dieron un turno para el día siguiente. Fui a una clínica del pueblo que estaba al lado de donde estaba haciendo workaway. Como la doctora no sabía que tenía, me derivó al departamento de ginecología del hospital de Odense. Me dieron turno para dentro de un mes. El día que llegué al hospital de Odense me dijeron que no podían atenderme porque no tenían mi historia clínica. Además, había llegado 30 minutos tarde por tener un problema con el auto. Hablé con la doctora que me había atendido y le pedí que por favor envie mi historia clínica al hospital de Odense.
Paralelamente, me había llegado una carta para que me realice gratuitamente el exámen para detectar el cáncer del cuello uterino. Así que cuando fui por segunda vez al hospital, llevé mi carta y además del exámen, me hicieron la consulta que tenía pendiente. Una vez que estaba instalada en Copenhague obtuve mi diagnóstico. Me dieron una medicación que pasé a buscar por la farmacia de mi barrio que ya la tenía lista con mi número de CPR.
En base a mi experiencia y la de otras personas, considero que la atención médica en Dinamarca es buena pero los tiempos de diagnóstico se dilatan mucho. Aun así, nunca tuve que pagar por atención médica (si por la medicación) teniendo mi CPR.
Búsqueda laboral
Tanto mi amiga como yo, guiándonos de otras experiencias, creímos que iba a ser difícil conseguir trabajo sin hablar danés. Por eso, mientras buscaba trabajo, hacía tareas como Mystery Shopper. Además, le pedí a la secretaría de la escuela donde hice workaway que me redacte una carta de recomendación para poder adjuntarla con mis postulaciones.
Por muchos años he aplicado a trabajos de manera online y eso fue lo que hice al principio en Dinamarca. Como en el departamento teníamos un montón de libros de Lonely Planet, agarré el de Copenhague y empecé a aplicar a todos los restaurantes, cafés, bares y hoteles que encontré en esa guía. Esta fue solo una de las maneras que utilicé para buscar trabajo en Dinamarca, si querés ver otras maneras, hacé click aquí.

Lo que más me costó fue animarme a repartir CVs por la ciudad. El hecho de tener que salir bien vestida y maquillada para presentarme personalmente en cada local de Strøget, ya me sacaba las ganas de prepararme y salir a la calle a buscar trabajo. Finalmente, cuando se me agotaron las posibilidades de aplicar de forma online, decidí ir al Job Center a imprimir CVs y cartas de presentación. Imprimí alrededor de 100 hojas entre CVs y cartas de presentación. Tanto el personal y el resto de la gente que estaba esperando a que termine de imprimir me preguntaron si estaba imprimiendo un libro. De la vergüenza no volví a ese Job Center por meses, pero… gracias a que empapelé Strøget conseguí trabajo!

Entrevista laboral
Después de enviar tantos CVs, obtuve mi primera entrevista laboral que la conseguí luego de una semana que buscar trabajo y fue de las más raras que tuve.
La entrevista fue en una oficina en Nyhavn y el puesto era para trabajar como lavacopas en un restaurante en Strøget. Por empezar, me fue muy difícil encontrar la oficina ya que nadie sabía donde quedaba, aun teniendo la dirección y el nombre de la persona. Afortunadamente, el personal del restaurante que quedaba abajo de la oficina me ayudó. Cuando pudimos identificar el timbre de la oficina, llegó otro chico que también lo habían llamado para la entrevista.
Por algún motivo que aun desconozco, la mujer con quién debía reunirme nos hizo la entrevista a ambos al mismo tiempo, lo cual me resultó raro pero después creí que era el estilo danés de hacer las entrevistas laborales. Luego de unos minutos, el chico preguntó si era posible tener la entrevista individualmente. Fue en ese momento que la mujer se dió cuenta que no habíamos llegado juntos ni teníamos relación alguna.
Cuando el chico se fue, la mujer me preguntó si era estudiante (se ve que tenía un aspecto muy juvenil para ese entonces). Le respondí que estaba graduada (aunque no lo había puesto en mi CV), lo cual la desconcertó y me dijo que el puesto no era adecuado para mi. Si bien era cierto, le dije que no me importaba trabajar como lavacopas ya que no hablaba danés. Aun así, me insistió que podía conseguir algo mejor y así fue como no obtuve el trabajo. Me fui decepcionada y recordé que en Dinamarca no suelen contratar a gente sobrecalificada para un puesto. Así que para las próximas entrevistas no mencioné que era graduada, excepto si el puesto lo requería.
Prueba en restaurante
A los pocos días me escribieron un mail para hacer una prueba en el restaurante Mother como Asistente del Manager, que es lo mismo que decir camarera. En mi día de prueba, que fueron de 3 horas no pagas, el Manager me trató mal en todo momento, al igual que uno de los empleados que presumía ser barista. Terminé con la convicción de que si quedaba en ese lugar no aceptaría el trabajo ya que no me sentí para nada cómoda durante mi prueba. Aunque debería de haberme ido desde el primer momento. Luego de años, sigo leyendo quejas de ex-empleadas/os de este lugar. Por lo tanto, no lo recomiendo para nada!
Trabajando en Copenhague
En conclusión, mi búsqueda laboral se puede resumir en lo siguiente:
– Envié alrededor de 100 postulaciones por e-mails.
– Entregué en mano alrededor de 50 CVs.
– Hice alrededor de 50 postulaciones online a través de Facebook y páginas web.
– Hice 3 pruebas: dos en restaurantes y una en un bar.
– Conseguí 10 entrevistas.
Como resultado, después de 2 semanas, obtuve 3 propuestas de trabajo: una como Account Manager para una compañía que organizaba bodas, otra como camarera en un restaurante en Strøget y también como vendedora y cajera en una casa de cambio. Acepté todas las propuestas! Aunque luego las fui descartando.
Una de las propuestas laborales que recibí fue como Account Manager en una empresa que organizaba bodas. Consistía en trabajar como mínimo 15 horas semanales y podía hacerlo desde casa. Para mí era genial ya que podía manejar mis tiempos como quisiese y esto me permitía viajar. Mi salario en principio sería por comisión, ya que la empresa se había creado hace poco tiempo. En teoría, luego se podría hablar de un salario fijo más comisión por membresía vendida. Mi trabajo sería atraer como socias/os a cualquier profesional u oficio necesario para llevar a cabo una boda, por ejemplo: fotógrafas/os. Estas personas debían pagar una membresía para que puedan estar dentro de los servicios ofrecidos para los casamientos. Me pareció una propuesta interesante y acepté. Durante mi primer día de trabajo, me dijeron que las membresías se bonificarían al 100% durante los primeros 2 meses. Además, de que debía ir a la oficina para que haya un buen equipo de trabajo. Ese mismo día renuncié! Me pareció que iba a regalar mi tiempo.
El mismo día que había empezado a trabajar como Account Manager también comenzaba como vendedora y cajera en una casa de cambio en el centro de Copenhague. Mi entrevista había sido una semana antes y había durado 2 horas, incluyendo un exámen matemático. Durante mis primeras 2 semanas de trabajo me capacitaron, cada semana estuve con una compañera de trabajo distinta. La misma era sobre todos los procedimientos respecto a las medidas de seguridad y la manipulación de más de 30 divisas. Si bien en teoría, luego de 3 semanas de trabajo, firmaría mi contrato de trabajo por 7 meses, tuve que pedirlo antes para poder ir al Skat para obtener mi tax card y cobrar mi primer sueldo.
El trabajo me encantaba porque de alguna manera estaba relacionada a mi profesión, Administración. No solo eso, sino que tenía que estar bien vestida y arreglada como mis tiempos de oficina en Buenos Aires. De alguna manera sentía que seguía con mi vida laboral de Argentina pero en inglés y en un país con un estándar de vida mucho más alto.
Tenía un muy buen salario fijo, además de las comisiones que obtenía por cumplir con objetivos mensuales y al realizar grandes transacciones, que dentro de todo era bastante frecuente. La empresa tenía en total 8 sucursales, 1 en Aarhus y 7 en Copenhague, de las cuales 2 quedaban a una cuadra de la estación central y 4 en Strøget. Todos los meses rotaba de sucursal, aunque también podía suceder que tenga que cubrir a alguien de un momento a otro. Por este motivo, debía conocer los procedimientos diarios y de seguridad de todas las sucursales, menos de la de Aarhus. Esto hizo que con cierta frecuencia mi rutina cambiase y me resultaban más entretenidos mis turnos en la casa de cambio.
Además, por primera vez fui parte de un equipo de trabajo multinacional! Conocí gente de: Egipto, Serbia, Lituania, Letonia, España, Italia, China, Ucrania, Hong Kong, Uzbekistán, Hungría e India.
Creo que el día más destacado fue cuando le cambié dinero a una mujer del gobierno de Kenia. Esta mujer me entregó su tarjeta para que la llame el día que decida ir a su país. Aun conservo su tarjeta ya que uno de mis sueños es visitar ese país. Muy contenta de lo que me había pasado, después de unos días se lo comenté a una compañera. Fue ella la que me alertó que debía de haber procedido de una manera distinta ya que la persona era p.e.p (persona expuesta políticamente). Se ve que me había imaginado haciendo algún safari en Kenia en vez de caer en la metida de pata que había cometido y pedirle más documentación a la mujer. Si cuando alguien me habla de viajes o lugares que me parecen exóticos o muy lejanos, el resto del mundo desaparece! Afortunadamente mi jefe comprendió la situación y solo me advirtió que la próxima vez esté atenta.
Uno de los días que me quedé alucinando fue el día que vino un señor que quería cambiar coronas danesas por el equivalente a €3500. Hasta ese momento, un día como cualquier otro. Pero cuando le pedí identificación, el origen del dinero y datos personales me respondió que vivía en la calle! Además, el dinero lo obtuvo reciclando latas y botellas. Recuerdo que tuve que llamar a mi team leader porque no sabía que hacer ya que la persona no tenía un domicilio. Muy tranquilamente me respondió que escriba que es homeless (persona sin hogar) y que siga con el resto de la transacción. Me quedé con la duda de cuanto tiempo estuvo ese señor reciclando latas y botellas. Ya que en mi caso lo máximo que había logrado obtener de reintegro por reciclar fueron 50 DKK (coronas danesas) en el festejo de Fin de Año en Rådhuspladsen.
También me ha pasado que un dia festivo al ir a trabajar, presencié un robo en uno de los Netto, uno de los supermercado más económicos de Dinamarca, en pleno día! Estaba parada en el semáforo cuando ví que en la esquina de enfrente, había un hombre pasandole bolsas llena de comida a un viejito por uno de los ventanales rotos del supermercados. Mientras tanto, sonaba la alarma que apenas se escuchaba. A los pocos minutos, llegó la policía y detuvo al hombre que estaba adentro del supermercado. Mientras tanto, el viejito doblaba por la esquina muy tranquilo hasta que uno de los policías se dio cuenta que él era cómplice del otro. Todo pasó en poco tiempo pero a la vez en cámara lenta, los policías habían reaccionado tan lento que toda esa escena no hubiese calificado para Policías en Acción. Al final me dio pena la situación ya que creo que si alguien roba comida es por necesidad y no para sacarle otro provecho que saciar su propia hambre.
Otra semana a destacar fue cuando en junio de 2016 se votó por el Brexit en el Reino Unido. Al día siguiente, el valor de la libra bajado 50 DKK. Además, en la casa de cambio nos prohibieron aceptar libras por una semana.
A pesar de que estaba más que contenta y motivada por mi trabajo y mis compañeras/os de trabajo. El único aspecto por el cual no me sentía cómoda era la actitud que tenían 2 de mis 3 Team Leaders conmigo y el resto del personal. Por eso, a pesar de tener un trabajo full-time, seguí buscando trabajo ya que no sabía cuánto tiempo iba a aguantar el acoso laboral. Además, mi idea era ganar y ahorrar lo más que pudiese durante mi estadía en Dinamarca.
A los 3 meses de haber empezado a trabajar en la casa de cambio, me preguntaron que si quería y qué debía hacer para quedarme en Dinamarca. Les comenté las condiciones aunque sabía que no me podían sponsorear ya que mi sueldo no era lo suficientemente alto para acceder a una visa de trabajo.
Finalmente, la tercera propuesta de trabajo que había tenido era como camarera. Tuve 2 días de prueba sin pagar en Le Bistro, un restaurante que actualmente no existe pero es de los mismos dueños de Mamma Rosa, Le Diamant y Nova. El primer día trabajé como runner (persona que se encarga de limpiar y preparar las mesas) y el segundo día como camarera. Ambos días me dieron de comer luego de mi turno. Hablé con la dueña, una mujer latina, que me dijo que necesitaba que trabaje full-time durante el verano. También me dijo que debía maquillarme más para trabajar allí. Parece que no estaba lo suficientemente maquillaje para su gusto. Por otro lado, me propuso ser mi sponsor para la aplicar a la visa de trabajo una vez que se terminase mi visa Working Holiday. Le expliqué que no era tan fácil obtener una visa de trabajo siendo camarera ya que debía tener un sueldo bastante alto. Ella insistió de que si trabajaba full-time era suficiente para obtener un permiso de trabajo. Luego de unos días lo pensé mejor y le dije que no a su propuesta. Unos meses después me di cuenta de que fue la mejor decisión que hice ya que el lugar tenía varias quejas de ex-empleados. Dicho esto, podés ver los lugares donde no se recomienda trabajar y en cuales si en Los SI y No de la WH Dinamarca.
Prueba en Nyhavn
A la semana que haber empezado a trabajar en la casa de cambio, tuve una prueba en Nyhavn 17, uno de los lugares más conocidos de Copenhague. El día de la prueba me tocó atender a los clientes, quienes en su mayoría eran daneses. Cada vez que hablaban ponía una cara de susto porque no tenía la menor idea de lo que me decían. En la prueba, estuve con otra chica argentina que se dió cuenta de mi miedo con los clientes y me dijo “no te van a morder, deciles que te hablen en inglés y listo”. Lo que ella no sabía era que me daba mucha vergüenza pedirle a un danés que me hable en inglés. Sentía que era una falta de respeto estar en su país y no hablar el idioma. Por eso terminé trabajando en lugares donde la mayoría de las veces venían turistas. Aunque Nyhavn es un lugar muy turístico.
Con el tiempo entendí que no debería avergonzarme por no saber el idioma local, aunque hay veces que me sigue pasando. Al fin de cuentas, siempre estoy haciendo el trabajo que los nacionales no quieren hacer. Aun así, no obtuve el trabajo ya que nunca me llamaron ni por sí ni por no.
Segundo trabajo en Copenhague
Finalmente, encontré mi segundo trabajo gracias a la recomendación de mi amiga. Tuve la entrevista, luego la prueba y después de una semana obtuve el trabajo. Como ya tenía un trabajo full-time, sólo me ofrecí a reemplazar a mis compañeras que necesitaban cambiar turnos. Además, podría hacerlo a mi conveniencia.
Al igual que en la casa de cambio, el equipo de trabajo también era multinacional. Mis compañeras eran de: Dinamarca, Alemania, Letonia, Venezuela, Países Bajos, Eslovaquia, Italia y España. La gran mayoría de los locales estaban sobre Strøget, como las sucursales de la casa de cambio. Hasta he tenido la ventaja de poder cruzarme de un trabajo a otro cuando coincidía en esos locales. En el momento que trabajaba en el local de souvenirs, había 6 sucursales, una de ellas abría sólo en verano y se encontraba frente a los cruceros. En mi primera semana trabajé en ese local y ayudé a prepararlo para el comienzo de la temporada. Así que me la pasé horas ordenando y eligiendo cómo y dónde exhibir los productos. Esto hizo que luego de una semana de haber empezado a trabajar, me ofrecieran ser la encargada del nuevo local, que se compartía con otra empresa de turismo, en la estación central de Copenhague.

Mis nuevas tareas consistían en hacer los pedidos a los proveedores, mantener el local ordenado y limpio, además de asegurarme que siempre haya stock de todos los productos que se vendía en el local. Super sencillo y fue algo que disfruté mucho hacer. Tenía la libertad de pedir los productos que quisiese y exponer los productos del local a mi gusto. Me sentía en Disneyland! Además, podía ir cuando quisiese mientras cumpla con mis tareas.
Cada tanto teníamos reuniones en el restaurante que mi jefe tenía en Nyhavn y comíamos a más no poder. Luego de cada reunión recibiamos regalos. De hecho, al finalizar la temporada de verano, porque mi jefe estaba contento por las ventas durante ese período, nos regaló a todas las encargadas, entradas VIP para el cine! Aunque reconozco que las salas de cine VIP difieren mucho de las que hay en Argentina, ya que simplemente te dan un snack, una bebida y los sillones son más anchos y cómodos que en las salas comunes. Aun así, como era gratis aproveché y fui para tener la experiencia de ir al cine en Dinamarca.
Como todo lo que brilla no es oro, lo único malo de este trabajo era que el sueldo era muy bajo. Además, me llevó 2 meses convencer a mi jefe para que me diera el mismo salario que las demás encargadas. En teoría, él no me subía el salario (estamos hablando de un aumento de 10 DKK, coronas danesas, por hora) porque no tenía gente a cargo. Le respondí que varías veces habíamos hablado del tema y si yo cumplía con lo que me pedía me subiría el sueldo. Estuve firme y le aclaré que siempre había cumplido con mi parte y no veía lo mismo de su lado. Finalmente obtuve mi aumento, aunque no era mucho, sentí orgullosa de mi misma de haberlo logrado.
Se dice que los daneses cumplen con su palabra y acostumbran a hacer tratos verbales y en la gran mayoría de los casos es cierto. Pero en esa ocasión, me había costado recordarle el acuerdo de palabra que habíamos tenido.
Curso de danés gratuito
Como mencioné antes, tanto mi amiga y como yo, creíamos que sería muy difícil conseguir trabajo en Dinamarca debido a que supuestamente era necesario hablar danés. Por eso, cuando estábamos en Buenos Aires, empezamos a utilizar Duolingo e íbamos todas las semanas a los eventos de Mundolingo. Una vez que estuvimos conviviendo en Copenhague, continuamos yendo a Mundolingo pero más que nada para conocer gente mientras practicamos inglés, danés u otro idioma.
Mientras buscaba trabajo, me anoté en el curso de danés, que en su momento era gratuito para cualquiera que tuviese CPR. Fui a la entrevista de admisión en 2 escuelas de danés. La primera fue a principios de febrero en IA Sprog en Nørrebro, que quedaba cerca de donde vivía. El comienzo de las clases era a principios de marzo y eran 3 veces por semana. No obtuve cupo ya que no podía combinarlo con mis horarios laborales.
En marzo solicité una entrevista de admisión en Clavis que queda en Nørreport. En abril comencé las clases de danés. Debido a que en la casa de cambio, por un motivo u otro, tenía que trabajar en los mismos horarios que tenía clases, terminé dejando el curso. Aun así, no me gustó la calidad del curso ya que la metodología de enseñanza era muy pobre y también he leído malas experiencias. Sin embargo IA Sprog tiene muy buenas recomendaciones.

Segunda mudanza
A fines de abril se acercaba el momento de dejar el departamento de Nørrebro, ya que los dueños volvían de su viaje por Australia. Por eso, a mediados de abril comencé a buscar alojamiento y en una semana, conseguí habitación en Hvidovre que estaba a 10 minutos en tren del centro. Cuando fui a ver esta habitación, hablé con el dueño de la casa por 2 horas. Le había caído tan bien que no me pidió depósito y en ese mismo momento me dió las llaves de la casa para que me mudase cuando quisiese. Además, después de una semana de haberme mudado, le pagué el primer mes de alquiler. También podía registrar mi CPR, algo que para mí era tan importante como una cama y un techo! Salí de la casa sin creer lo que había ocurrido. Una vez más, sentía que estaba siendo demasiado afortunada en Dinamarca.
Antes de mudarme, tenía que limpiar el departamento que compartía con mi amiga. Habíamos limpiado al detalle mientras nos lamentamos dejar ese lugar y no podíamos creer la falta de limpieza en profundidad que le hacía falta. Era tan lindo, tan danés, tan sencillo que nos daba lástima dejarlo. Cuando llegó la familia no podían creer lo limpio que estaba el lugar. Para mí, jamás había estado tan pulcro como lo dejamos nosotras. Algo me decía que el concepto de limpieza en Dinamarca difiere bastante del mío. Finalmente llegó el momento de seguir caminos separados y cada una se fue a su nuevo hogar.
Mi nueva habitación estaba en lo que en algún momento fue una casa de huéspedes. Por lo tanto, para ir al baño, tenía que ir a la casa principal, lo cual era un problema si estaba lloviendo pero, sinceramente, para mí era lo de menos. Lo que sí me pasaba era que la habitación era muy fría y debía taparme toda la dormir, eso lo sufrí un poco más. Tambin se acercaba el verano y con eso los amaneceres a las 4:30 de la mañana. Si bien me despertaba cada vez que amanecía, con el tiempo me acostumbré.

En la casa principal vivía un alemán y su hermoso gato. Por suerte, gracias a que él pagaba por la licencia de medios, yo me liberé de esa responsabilidad y me ahorré unas cuantas coronas! Aunque una vez si me llamaron para reclamar el pago de la electricidad pero según me comentó el dueño, había sido una llamada para estafarme.
Si bien podría haberme quedado hasta cuando mi visa se termine, surgió la oportunidad de mudarme luego de dos meses de vivir allí y decidí irme. Le avisé al dueño y debido a que no tenía contrato ni había pagado depósito no hubo ningún inconveniente legal. Aun así, tenía la libertad de irme cuando quisiera pero como confirmé con una semana de anticipación, el dueño me dijo que debería de haberme retenerme el depósito si lo hubiese pagado. Aun así, todo se arregló en buenos términos. Además, la misma semana que me mudaba, él viajaba, así que me pidió si podía alimentar a su gato en su ausencia ya que no tenía con quien dejarlo. Acepté y cuando volvió del viaje le devolví las llaves de la casa y de mi habitación.
Tercera y última mudanza
A fines de junio, me mudé a un monoambiente/estudio en Vanløse. El mismo estaba en una residencia de estudiantes, cerca de la estación de tren y, relativamente cerca, del metro. Si bien el contrato de alquiler era por aproximadamente 3 meses, se pudo extender hasta que me fuí de Dinamarca e incluso más.
Quienes residían en ese edificio habían creado un grupo de Facebook y también un calendario para reservar los horarios para lavar la ropa. El lavadero quedaba en el SUM que se encontraba en el último piso del edificio. Por lo tanto, el vecino de abajo había pedido que no se reserve el lavarropas muy temprano ni muy tarde ya que luego no podía dormir. Aunque creo que el hombre era un poco irritable porque también se quejaba del ruido que se generaba cada vez que se cerraba la puerta de entrada del edificio.
Acá también pude registrar mi CPR. Si bien éramos 2 personas conviviendo ahí, en mi último mes terminamos siendo 3. Hubo noches que debido a que teníamos visitas eramos 5 personas durmiendo en un departamento que apenas tenía 35 metros cuadrados! Aun así, estaba cómoda pero me pareció un espacio muy chico para compartir con otras personas.
Al estar asociada a la Hovedbiblioteket, la biblioteca principal de Copenhague, pude pedir prestado los libros de Lonely Planet para planificar mis viajes por Europa. Así que cada vez que podía, me ponía a leerlos, hacer anotaciones y marcar en Google Maps los lugares que quería visitar.

Al irme de Dinamarca en el departamento seguía viviendo gente así que la devolución del depósito se realizó cuando yo ya estaba en Buenos Aires. Al principio, fue un poco conflictiva ya que el grifo de la ducha había perdido agua durante las 2 semanas que el departamento había quedado vacío ya que la dueña volvió mucho tiempo después de lo que había dicho. Casi perdemos el depósito pero se pudo llegar a un arreglo ya que el desperfecto estaba antes de que nos mudemos. Como había que esperar al resumen del consumo del agua durante el último período, nos devolvieron el depósito con un retraso mayor a un mes.
Es decir, que en los 3 lugares que viví en Dinamarca, por un motivo u otro, el depósito siempre estuvo en juego, aun cuando no correspondía. Esto también le ha pasado a otras personas. Por eso, sacá fotos, graba todo y avísale a quien te alquile el lugar si ves algo defectuoso! También cuando entregues la habitación o el departamento.
Conociendo Dinamarca
Gracias a mi experiencia workaway había recorrido varios lugares de Dinamarca. Una vez instalada en Copenhague, también pude recorrer la ciudad, ir a Tivoli y conocer otros rincones de Dinamarca.
Uno de ellos fue Klampenborg que es uno de mis lugares favoritos en Dinamarca. Este lugar es genial! Tiene una reserva natural enorme, Jægersborg Dyrehave, donde hay un montón de ciervos y bambis. Además, dentro de la misma se encuentra Bakken, el parque de diversiones más antiguo del mundo! También hay una playa que de hecho, recuerdo estar sorprendida de la gente que hacía nudismo al lado de otras familias.

También pude ir a Hillerød para ver el castillo de Frederiksborg, aunque solo fui a los jardines.

En mis último mes en Dinamarca fui a Helsingør, la hermana de Helsingborg en Suecia. En esta ciudad está el castillo de Kronborg y el Sirenito de Christian Andersen, que es más atractivo que la Sirenita que está en Copenhague.

Quedarse o irse, esa es la cuestión
Tanto mi contrato de trabajo como mi contrato de alquiler terminaban a fines de septiembre. Las posibilidades de quedarme eran muy escasas aunque en la casa de cambio me habían ofrecido extenderme el contrato hasta que termine mi visa. Aun así, me pareció más sencillo irme antes de lo previsto ya que a una semana que irme de Dinamarca la dueña del departamento nos ofreció extender el tiempo de alquiler. Ya tenía mis pasajes y reservas para mi viaje por Europa y el de regreso a Argentina desde hace 2 meses. Lo que yo llamo Bad Timing, las posibilidades de quedarme en Dinamarca se presentaron cuando ya tenía todo planificado y pagado.
Podría haberme quedado hasta el último día de mi visa pero decidí seguir con mis planes y hacer lo que deseaba hace tiempo: viajar! Había trabajado demasiado por 7 meses para ahorrar y seguir explorando lo que el mundo tiene para ofrecerme.
Aun rechazando la posibilidad de extender mi contrato en la casa de cambio, en mi última semana de trabajo, el gerente me dijo que si volvía a Dinamarca mi puesto de trabajo me estaría esperando. A lo que le respondí que las posibilidades de volver eran escasas, me insistió que nunca se sabe si la vida me llevaría de nuevo a Dinamarca. Debo de reconocer que tenía razón porque he vuelto a Dinamarca un montón de veces. De hecho es el país que más visité hasta ahora.
En mi última semana, llamé al banco para pedir que dejaran mi cuenta abierta ya que aun necesitaba cobrar mi sueldo, vacaciones y la devolución de impuestos. También fui a la International House para dar de baja mi CPR, o mejor dicho cambiar la dirección a la que tenía en Argentina.
Después de mi último día laboral, volví a casa a terminar de empacar y me fui a dormir. En plena madrugada, me desperté con ganas de quedarme y cancelar mi viaje de un mes por Europa. Si, hasta último momento estuve luchando conmigo misma y debatiéndome si quedarme o irme. Ese sentimiento me siguió hasta el aeropuerto.
Llegué al aeropuerto y lloré con la misma intensidad con la que había llegado al aeropuerto de Ezeiza para irme a Dinamarca. Luego de 11 meses, volvía a sentir ese dolor tan fuerte y profundo que creía que me deshidrataría. Estaba dejando atrás Dinamarca y todo lo que eso representaba.
Había sido tan feliz en Dinamarca, que muchas veces sentí que estaba metida en un cuento de Christian Andersen. Lloré a mares desde que llegó el momento de decir adiós hasta llegar a mi próximo destino.
Aunque la mitad del camino lloré por dejar Dinamarca y lo que representaba para mí y la otra mitad fue porque casi pierdo uno de los vuelos de conexión. Durante todo el camino me preguntaba si estaba haciendo lo correcto pero la respuesta llegó en cuanto vi el Mar Adriático.
Había llegado el momento, Croacia me esperaba con los brazos abiertos para disfrutar de sus playas, su sol radiante y su sobredosis de vitamina D que tanto me había hecho falta!

A pesar del paso de los años, Dinamarca sigue siendo uno de mis lugares favoritos en el mundo, no por sus paisajes ni por su gente, sino por los hermosos recuerdos que tengo en esas tierras vikingas.
Siempre, vaya a donde vaya, parte de mi corazón quedará en Dinamarca!
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Hola Cyn! como estas? me encantó el artículo, la verdad tengo mucho terror al tema de tener que mudarme, dejar un trabajo para conseguir otro, el tema de los trámites, el renegar con el deposito, son muchos los miedos que tengo pero gracias a tus publicaciones y toda la información que hay en Internet hoy en día, tengo decidido irme a hacer la WH apenas se habilite todo, como te digo estoy lleno de miedos pero a su vez muerto de ganas de estar allá y buscarme la vida!!! creo que si nunca salís de tu zona de confort y te tiras a la pileta no creces nunca!!
Hola Gaspar!
Gracias por tu mensaje! Me alegro mucho que lo que comparto te ayude a darte el empujón para animarte a viajar con la visa Working Holiday! Da miedo e inseguridades al principio, como todo paso que das fuera de tu zona de confort. Pero cuando salis, amplias tu zona de confort y ademas vivis la magia de animarte a cumplir tu sueño! Ánimos y éxitos!!!
Saludos!